21/05/2007

Desde el pasado viernes, los productores belgas están dando la voz de alarma en la Croisette. El centro de la polémica es el balance sobre el sistema de incentivos fiscales presentado por el Gobierno Federal ante la Comisión Europea, que deber decidir antes del 30 de junio si dicho sistema en favor de la producción cinematográfica se prolonga. Parece que Europa muestra reservas ante este informe y ante la nueva proposición que estará más orientada hacia los aspectos culturales y estructurales de la ley.

El Ministro de Finanzas del Gobierno Federal, Didier Reynders que debía participar este lunes en el taller de trabajo organizado en Cannes sobre incentivos fiscales, no ha acudido finalmente a la cita, pero ha manifestado, en un discurso previamente grabado, que el sistema belga de incentivos fiscales no corre en absoluto peligro por este replanteamiento a nivel europeo y "que todo debería desarrollarse normalmente". También ha anunciado sus nuevos objetivos: el aumento del límite máximo de inversión de 750.000 euros a 1,5 millón de euros, la ampliación de los incentivos fiscales a personas privadas que podrían invertir a través de la intermediación de los SICAV (compañías de inversión con capital variable)o de otros fondos, y la aplicación de estos incentivos fiscales al sector de las artes escénicas. Por su parte, las indicaciones procedentes de Europa deberían limitarse a algunos ajustes y aclaraciones, como ha comentado el representante de la Comisión, Alexandre De Geets, presente en el taller en Cannes que, sin embargo, no ha querido hacer más comentarios.

Los representantes de las dos Uniones de Productores belgas, Patrick Quinet (Artémis Productions) y Peter Bouckaert (MMG), defienden un discurso más tranquilizador. Para el primero, el informe debería ser revisado con los representantes de las dos comunidades, francófona y flamenca. Peter Bouckaert, sin llegar al alarmismo, destaca sin embargo que: "si el sistema de incentivos fiscales belgas no se reorienta, supondría una noticia terrible para la industria cinematográfica de nuestro país, un pequeño país, que no podría sobrevivir sin esta ayuda. Pero por el momento estamos tranquilos".

Esta nueva fuente de problemas se suma a la polémica que ha ido creciendo en torno a los efectos estructurales del sistema de incentivos fiscales en el ámbito audiovisual. De hecho, a pesar de que la ley ha permitido desgravar cerca de 40 millones de euros en tres años y de que todos han coincidido en la importancia de ésta para el sector, algunos afirman que un 80% de las inversiones benefician al sector audiovisual, mientras que otros discuten sus efectos beneficiosos y estructurantes en el sector. Por otra parte, esta noticia se produce algunas semanas antes de las elecciones legislativas en Bélgica que podrían suponer una renovación del gobierno, lo que podría ralentizar la entrega a la Comisión Europea de la copia corregida.

(Traducción del francés)