Salvemini y Casetti: la otra verdad sobre el cine italiano
por Daniela Palermo
El cine italiano goza de una óptima salud. Y lo más importante es que esta situación se mantenga en el tiempo. Se trata de la tesis sostenida por Severino Salvemini y Francesco Casetti en el libro È tutto un altro film. Più coraggio e idee per il cinema italiano” (Ed. Egea, Milano 2007), presentado ayer en la Casa del Cine de Roma. El texto, que enlaza análisis de mercado con análisis semiótico, parte de una investigación de la Asociación Nacional de Comercio (Anec), desarrollada por la Universidad Bocconi y la Universidad Católica de Milán.
"A finales de 2005", ha explicado Severino Salvemini, "nuestro cine vivía un momento realmente crítico. Sin embargo, hemos tratado de verificar la hipótesis según la cual, siempre que un producto italiano tiene éxito, se produce una reacción en cadena, por lo que un resultado positivo determina otros".
Observando los datos de la investigación, se constatan los buenos resultados. "El cine italiano ha redescubierto la narración", ha declarado Casetti. "El público percibe como reales los hechos que se narran y se identifica con ellos. Y el gran mérito de haber acercado las historias a los espectadores es, sin duda, de la ficción".
También se ha redescubierto la sala cinematográfica, que se revela como una especie de "lugar sagrado" del disfrute. La implicación con la que el público sigue la narración encaja perfectamente con el "recogimiento" que la sala ofrece.
Además, el libro considera definitivamente cerrada la época del cine asistido por el Estado. La figura del productor, siempre dispuesto a arriesgar, ha abierto nuevas posibilidades. Es, también, optimista respecto al futuro. En los primeros meses de 2007, cuarenta películas italianas han recaudado ya 73 millones de euros. Con los ingresos de Navidad se superarán los 100.000. "Esta vez", ha declarado Salvemini, "hemos cogido un camino estructuralmente más positivo".
(Traducción del italiano)
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