29/10/2007

La película más aplaudida de la última jornada del Festival de Cine de Roma se titula Lettera agli spettatori, sólo dura unos cuantos minutos y ha sido dirigida por el movimiento Centoautori, nacido el pasado febrero por voluntad de directores, actores, técnicos y docentes del cine italiano. Cien nombres, pero no de hecho, ya que el número simbólico ha sido superado en seguida y son ya más de mil las personas que se han adherido en estos meses y, ahora, firman la vídeo-carta proyectada durante la ceremonia de clausura del Festival de Cine de Roma.

Destinatario: el público. Lo dice claramente – al principio de la cinta – Riccardo Scamarcio la estrella italiana del momento, el símbolo de un cine que no llora por su situación sino que responde a los múltiples ataques que le han llovido en los últimos tiempos, sobre todo ante la acusación de dilapidar fondos públicos y de ser dependientes de subvenciones públicas. El objetivo (conseguido a juzgar por la calurosa acogida de la platea del Auditorium): hacer algunas aclaraciones sobre algunas insensateces bastante difundidas (alimentadas recientemente por algunos diarios), que se arriesgan a crear polémicas y malos humores, especialmente en los espectadores. Los mismos diarios, como recuerda el productor Nicola Giuliano en la película, que reciben del estado cifras mayores que las destinadas al cine.

Centoautori no tiene la intención de evadir las responsabilidades de quien recibe una subvención pública. El movimiento recuerda que las subvenciones públicas para el cine son escasas en relación, no sólo al dinero distribuido a las publicaciones y a la industria, sino que también con relación a lo que cuestan doscientos kilómetros de autopista. Desfilan por los poco minutos que dura la película, las caras familiares de los actores Valentina Lodovini y Corrado Fortuna, directores Paolo Virzì y Alex Infascelli (que lamenta el desequilibrio de la televisión por satélite, que por los derechos de antena del fútbol pagan sumas que no pueden compararse por aquellas que corresponden al cine) y de Laura Morante, que recuerda la diferencia entre lo que Italia y lo que Francia respectivamente invierten cada año en el cine.

También el guionista Andrea Purgatori, el director Francesca Archibugi y Francesca Comencini, y muchas caras desconocidas pero importantes: escenógrafos, encargados de vestuario, secretarios de edición, asistentes de dirección, gente que trabaja en los rodajes cada día, pero lejos de los focos. Ellos también firman la Carta a los espectadores: para recordar al público que el cine es una industria, que da trabajo a millares de personas.

(Traducción del italiano)