20/12/2007

La quinta edición del Panorama del Cine Documental Belga, organizada por el Fondo Henri Storck cada dos años, presentó del 1 al 12 de diciembre una treintena de documentales realizados durante estos dos últimos años, como Les Ballets de ci de là, de Alain Platel, Ruanda, las colinas hablan, de Bernard Bellefroid, Tentatives de se décrire, de Boris Lehman, o también Cabale à Kaboul, de Dan Alexe, películas que circularon en los festivales internacionales y a menudo se han proyectado en las salas con éxito. Trece de ellas se presentaron ante un jurado internacional bajo la presidencia de la periodista, escritora y redactora francesa Laure Adler.

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El Premio Henri Storck, entregado ayer en la Cinemateca, recompensó la obra asombrosa y desconcertante de Richard Olivier, Esther Forever, un documental que sigue durante seis años a dos hermanas septuagenarias, sus recuerdos y sus historias. Centrándos en la obsesión de Esther, que diseca todos sus animales queridos que mueren, Richard Olivier filma la soledad de una mujer enfrentada a la desaparición progresiva de su realidad y hace surgir a través de su historia el retrato de una Bélgica olvidada, la de la Segunda Guerra Mundial y la de los años que se siguieron.

El Premio al mejor documental belga de la Comunidad francesa de Bélgica fue al largometraje de Pierre-Yves Vandeweerd, Le cercle des noyés, ya seleccionado en el Forum de la última Berlinale (ver noticia), un documental en blanco y negro, sobrio y púdico, que registra el testimonio de uno los ahogados que la obra presenta, como fueron llamados los presos políticos negros en Mauritania, encerrados a partir de 1987 en el antiguo fuerte colonial de Oualata. Por último, First Elections, de Sarah Vanagt, que descifra a través de un grupo de niños la primeras elecciones democráticas de la República Democrática del Congo desde la Independencia, recibió el Premio al mejor documental belga de la Vlaamse Gemeenschap.

(Traducción del francés)