21/05/2008

Tras rendir homenaje hace dos días al maestro Manoel de Oliveira, Portugal vuelve a estar de actualidad en el Festival de Cannes por la proyección como parte de la Quincena de los Directores del último trabajo de Miguel Gomes, titulado Our Beloved Month of August [+lee también:
tráiler
ficha de la película].

Este director, que anteriormente era crítico de cine, firma de este modo la continuación de su opera prima A Cara que Mereces, que recibió una excelente acogida. En esta ocasión, se trata de una mezcla de documental y ficción rodada en la zona de Arganil, en el centro de Portugal, en los veranos del 2006 y 2007. Existen varios modos de interpretar Our Beloved Month of August. Uno es que el director se marchó al campo con una cámara y un equipo muy reducido para grabar material que pudiese ser usado en su siguiente proyecto. Era su respuesta a los problemas económicos que estaban retrasando el inicio de su nuevo proyecto. Sin embargo, lejos de ser una película dentro de una película o un análisis del mundo del cine, la primera parte de la cinta consiste en una sucesión de tradiciones, historias locales y personajes reales, mientras que la segunda tiene un enfoque mucho más narrativo.

Parte de la gente cuyas vidas son mostradas en la primera hora de metraje vuelven aparecer después como personajes de la historia de una familia que está de gira con su banda durante un caluroso mes de agosto. Gomes captura con su cámara la vida en el campo durante el periodo estivo, con sus típicas celebraciones religiosas, la vuelta de los emigrantes para las vacaciones, el sol, los amores veraniegos y los bosques que arden. En cualquier caso, la parte de no ficción resulta más convincente, posiblemente a causa de la incapacidad de una serie de actores no profesionales de interpretar un papel distinto a lo que hacen cada día, aunque sea parecido.

El título, por cierto, hace referencia a una canción muy conocida en las fiestas rurales, lo que denota la importancia que tiene la música en la cinta. Pero, aunque las letras de las canciones a veces incrementan el dramatismo de las imágenes, el director no tiene la intención de “crear un docudrama musical”. Gomes no cede a la tentación de adoptar una estética o un montaje propio de un videoclip, permaneciendo siempre bastante cercano a la realidad.

Our Beloved Month of August es una coproducción entre la portuguesa O Som e a Furia y la francesa Shellac Films.

(Traducción del inglés)