25/07/2008

En un contexto europeo dominado por las concentraciones, la noticia merece ser destacada: desde hace un mes, no menos de cinco nuevas salas de cine han abierto sus puertas en zonas de Suiza donde la gran pantalla había desaparecido o corría el riesgo de hacerlo.

Diez años después del cierre del último cine, en la pequeña ciudad de Belp (cantón de Berna) acaban por ejemplo de abrirse las dos salas del Kino um die Ecke (70 y 128 butacas) gracias a Cinérgie, una empresa de la región. En Aigle (cantón de Vaud), la perseverancia de la sociedad Cinérive, cuyas actividades se desarrollan principalmente en Vevey y Montreux, ha salvado el cine de la extinción. A finales de junio, la antigua y vetusta sala ha dado paso al Cosmópolis, con sus tres salas de 244, 117 y 91 butacas.

La empresa promete ofrecer "una programación variada para satisfacer tanto a los cinéfilos como a los amantes de la evasión". Al contrario que en otros países, en Suiza la tenacidad de los exhibidores ha conseguido preservar una red de salas muy densa que cubre todo el territorio.

(Traducción del francés)