24/10/2008

“Si Rembrandt estuviera vivo, sería cineasta”. Así respondió al público Peter Greenaway, presente en el festival de Roma, más generoso en sus provocaciones que en sus respuestas serias.

Su película, Rembrandt’s j'accuse [+lee también:
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ficha de la película], presentada en la apertura de la sección “L'Altro Cinema – Extra », es una reconstrucción o más bien una descomposición en 30 cuadros de la tesis que anunció en su película anterior, Nightwatching [+lee también:
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ficha de la película]: El cuadro “La ronda de noche” del gran pintor holandés es un acto de acusación irónico, lleno de indicios y alusiones a un homicidio.

Greenaway se comporta aquí como un juez y compone una historia mediante entrevistas realizadas a personajes que respaldan su tesis. A través del análisis de treinta indicios, el realizador relata entresijos políticos, historias de dinero, pero sobretodo de la época en que el artista pintó uno de los cuadros más vistos en el mundo. Un puñado de historias que bien podrían referirse a la actualidad.

El filme, como todos los del realizador, funciona sobre varios niveles, investigando sobre la desgracia del gran pintor. Pero también propone una gran lección de historia del arte. Greenaway afirma que con la introducción de la luz artificial y la multiplicación de los espejos, aparecieron nuevas luces, sombras y perspectivas. Los grandes pintores de la época supieron verlas modificando su manera de pintar sobre la tela.

Greenway reivindica su formación de pintor en favor de un cine que se apoya sobre las imágenes. Aunque, como subraya, muchos de los últimos éxitos cinematográficos están basados en libros, como Harry Potter y El Señor de los Anillos. Por otra parte, es consciente que ningún productor aceptaría dejarle realizar un filme si le presentara sólo cuatro cuadros.