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FESTIVALES España

Gijón: Yo, Andrés Rabadán, asesiné a mi padre con una ballesta

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España, 1994. Andrés Rabadán, de 19 años, asesina su padre con una ballesta. Posteriormente, se dirige a la comisaría y se entrega. Conocido en la prensa como “El loco de la ballesta”, le diagnostican esquizofrenia y le condenan a 20 años en una cárcel psiquiátrica. Una vez se ve privado de libertad, su vida cambia radicalmente: publica dos libros, empieza a pintar y sus cuados son expuestos. Además, se casa con una enfermera de la cárcel y participa a la escritura del guión de Las dos vidas de Andrés Rabadán, debut como director de Ventura Durall (ver noticia), que ha sido presentada hoy fuera de concurso en el Festival de Cine de Gijón.

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Durall, que hasta ahora sólo había dirigido documentales, comenzó a interesarse en la historia de Rabadán tras haber visto una de sus exposiciones. “Su trabajo me impresionó mucho y me puesto en contacto con él; primero por carta y luego le visité en la cárcel. Sus actos me ha intrigado. Quería saber como alguien llega al punto que él ha llegado”. La idea del largometraje surgió poco tiempo después. Rabadán no sólo dio su permiso sino que además se ha involucrado personalmente en la redacción del guión.

El resultado es un film que intenta contextualizar el crimen en un cuadro familiar sin querer justificar sus actos. Hay también espacio para cuestionar el sistema penitenciario y llevar el debate a la esfera pública. A caballo entre el presente y el pasado, con escenas pertenecientes a la imaginación como única posibilidad de evasión de una realidad sofocante (recuerda a los prisioneros de El beso de la mujer araña, de Héctor Babenco) – Durall logra evitar la fácil tentación del melodrama familiar y exige a su reparto una difícil, pero muy conseguida, moderación.

Álex Brendemühl, un actor catalán de gran talento con cierta atracción hacia los proyectos arriesgados (Las horas del día, de Jaime Rosales, y en Yo, de Rafá Cortés), encarna a Rabadán. Aunque confiese que no le gusten especialmente las biografías, éste fue “el papel más ambiguo que ya he interpretado. Sabía que, si hacía una caricatura, fracasaría”. La preparación para el papel fue intensa: “He leído sus libros y me entrevisté varias veces con él. Me pareció un hombre agradable e inteligente que ha cometido un gran error en su vida. Con respecto a si es o no esquizofrénico, no lo sé; es una de las cuestiones que nos preguntamos en la película”.

Además de Las dos vidas de Andrés Rabadán, producida y distribuida por la compañía barcelonesa Nanouk Films, Durall también ha dirigido el documental El perdón sobre el mismo tema. Será presentado en la televisión de modo contemporáneo al estreno de Las dos vidas de Andrés Rabadán en el cine.

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(Traducción del inglés)

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