18/12/2008

La pertenencia de Suiza al Programa Media se encuentra en peligro y depende de la decisión que tome el Parlamento Suizo el próximo mes de marzo.

En 2001, el rechazo popular a formar parte de la Comunidad Económica Europea ha obligado al gobierno a acercarse a la UE poco a poco con acuerdos bilaterales, aunque las fuerzas aislacionistas hayan dificultado enormemente la tarea. El 1 de abril de 2006, Suiza se unió al Programa Media, pero esta situación ha durado poco, ya que la renovación del programa para el periodo 2007-2011 obliga a volver a negociar la participación helvética.

El desencadenante ha sido la decisión de la UE de incluir en el nuevo proyecto la obligación para Suiza de someterse a partir de 2009 al principio de libre recepción y difusión de emisiones televisivas europeas, dentro de las cuales se encuentra la publicidad sobre política, religión y alcohol prohibidas en las cadenas suizas.

El primer borrador de la ley, que encontró la firme oposición tanto de las fuerzas anti-europeas como de los contrarios a este tipo de publicidad, fue rechazada por el Parlamento en 2007, que solicitó al Consejo Federal un esfuerzo para convencer a Bruselas del mantenimiento de una regulación de la publicidad más estricta en Suiza. Sin embargo, el resultado de las negociaciones fue que Suiza tendría el mismo trato que los estados miembros de la UE.

La renuncia al principio según el cual las emisiones de televisión y radio se rigen únicamente por la legislación del país emisor (sin que el receptor, en este caso Suiza, pueda imponer veto alguno) permitiría mantener un control lo suficientemente riguroso sobre la publicidad, mientras sea conveniente, no discriminatoria y de interés público. Para que los medios suizos no resultasen perjudicados ante sus competidores extranjeros, el Gobierno prevé también la modificación de la ley con el fin de autorizar la publicidad de vino y cerveza.

El Consejo Federal presentará estas enmiendas al primer borrador el próximo mes de marzo al Parlamento, junto a la garantía de que Suiza permanecerá dentro del Programa Media hasta finales de 2009. ¿Serán suficientes estas medidas para que los parlamentarios acepten el nuevo proyecto?

Sin embargo, el futuro del cine suizo no es algo prioritario para la mayoría de ellos, como demuestra el hecho de que acaban de rechazar un aumento de 3 millones de euros a la partida de ayudas a la producción. Además, otros conflictos abiertos con la UE, sobre todo en el ámbito fiscal y bancario, pueden influir en su decisión.

No es necesario añadir que si el Parlamento Suizo rechaza este nuevo proyecto el cine suizo volvería a aislarse del resto del continente, con consecuencias dramáticas tanto para los profesionales del sector como para el público.

(Traducción del francés)