23/03/2009

Si hay algo que le falta a la capital de Bélgica, desde luego no son los festivales de cine. Del cine fantástico al realizado en el continente africano, de la animación al cortometraje, del Mediterráneo al mundo submarino, para todos los gustos. Sin embargo, el cine de algunos países encuentra serias dificultades para llegar a la cartelera de Bruselas. A pesar del uso sistemático de los subtítulos para las películas extranjeras, incluso en grandes multicines como UGC o Kinepolis, el cine de autor (no nos referimos a realizadores como Claude Chabrol o Clint Eastwood) está poco representado.

Enumerar todos los factores que contribuyen a esta situación sería excesivamente largo, pero algunos tienen una incidencia enorme a la hora de complicar la tarea de distribuidores y exhibidores. Como el gran coste de un estreno a nivel nacional, especialmente elevados sobre todo por razones lingüísticas. Para hacer bien las cosas, es necesario imprimir copias subtituladas en los dos idiomas oficiales del país, ya que no es posible utilizar las copias proyectadas en Francia o los Países Bajos. A ello hay que unir una doble, o incluso triple, campaña de promoción, para Valonia, Flandes y Bruselas. Todos estos esfuerzos para un conjunto de espectadores tan limitado que raramente permite amortizar los gastos.

Al final, algunas películas pueden ser vistas únicamente a través de los certámenes cinematográficos o gracias a iniciativas de asociaciones que se mantienen a golpe de subvenciones y otras financiaciones. Es el caso de Sintesi, una asociación cuyo objetivo es mejorar la difusión del cine italiano en Bélgica. En un primer momento se dedicó a la celebración de ciclos bienales, labor que mantuvo durante quince años. Luego, centró su atención en la organización de proyecciones bimensuales que aseguraban una presencia constante de cine italiano durante todo el año, entre grandes clásicos y novedades.

Sin embargo, a causa de la falta de recursos, Sintesi debe cesar sus actividades de modo temporal, como ha sucedido a muchas otras iniciativas. Por supuesto, el cine italiano no está por completo ausente de los cines de Bruselas, ya que llega gracias al circuito comercial y a los festivales de cine mediterráneo o europeo. No obstante, es indudable que un poco de diversidad desaparece de la oferta cinematográfica de la capital belga.

(Traducción del francés)