por Federico Greco y
Mazzino Montinari

Sass, narra la historia real de dos hermanos que se dedicaban a asaltar bancos en la época en la que el partido nazi llegó al poder. Rola describe un Berlín muy parecido al Chicago de Al Capone, en donde el dinero y la violencia son la misma cosa, y donde la vida y la muerte caminan de la mano. Los hermanos Sass fueron, en cierto sentido, los últimos héroes antes del inicio de la tragedia.

Señor Rola, ¿cómo nació la idea de hacer una película de gángsters en la época del ascenso al poder de Hitler?
"El guión de la película es fruto de las historias de mi padre, que trabajaba en un local muy frecuentado por los hermanos Sass. Estos dos matones eran bastante famosos en Berlín porque llevaban a cabo golpes muy arriesgados, y sus hazañas estaban en boca de todos. Todo lo que sale en la película es real, a excepción de algunos detalles que me he inventado por exigencias de la narración. A partir de las historias de mi padre, quería mostrar el Berlín de esa época. Era una capital muy viva, con muchos artistas y muchos extranjeros. En otras palabras, una ciudad a la que todos los ciudadanos podían pertenecer, mucho más que ahora".

Su película nos recuerda al cine de gángsters estadounidense. ¿Se ha inspirado en este tipo de películas?
"He escuchado que me comparan con Sergio Leone y con Brian de Palma. Me siento orgulloso, pero es una exageración. Lo cierto es que nunca pensé en imitar a estos maestros del cine, entre otras cosas porque mi película solamente ha costado seis millones de euros. Sí, creo que en esos años no había mucha diferencia entre mi ciudad y Nueva York o Chicago, por lo que tampoco es difícil que se adviertan muchas semejanzas".

¿Cómo reconstruyó el Berlín de esa época?
"Fue inevitable utilizar efectos especiales para recrear la arquitectura de ese período. Me vi obligado a rodar algunas escenas en Praga. También reconstruí Venecia por ordenador. Es algo terrible que muchos edificios hayan desaparecido para dar lugar a construcciones mucho más feas. Es una señal de decadencia".

Si ese Berlín era una ciudad viva, abierta a todos, y luego sucedió la catástrofe que todos conocemos, ¿quiere decir que también hoy el peligro está siempre a la vuelta de la esquina?
"La falta de trabajo, la pobreza, la violencia, la poca atención de los políticos, pueden causar en todas la épocas desastres parecidos. El nazismo nació en unas condiciones muy particulares, pero no se puede excluir que no resucite. Siempre hay que estar en guardia. Pero tengo que decir que hoy, en Alemania, es posible relatar la historia de nuestro país con mayor libertad. En mi caso, quise realizar esta película antes de que cayera el muro de Berlín, pero no me lo permitieron. Por suerte, después de unos años, las cosas parece que van mejorando".