Jean-Marc cierra su café y se retirará para descansar. Su amigo Momo ha logrado convencerle para ir de vacaciones a Senegal. Tras varios contratiempos en el aeropuerto donde nada sale como estaba previsto, encuentran a Modou, conductor y guía. Pero el viejo carromato de Modou se estropea constantemente, y además se pasa el tiempo pidiéndoles "comisiones", para por ejemplo llevarlos a una piscina que no se ha construido aún. Pero pronto se darán cuenta que "nada importa" para los senegaleses que se encuentran en el camino y los conocen, les aprecian como son, la comida es buena, las mujeres son preciosas y los paisajes también.