Louis dirige una empresa de pompas fúnebres situada en Lausana. Soltero empedernido, con 58 años, Louis vive completamente dedicado a su trabajo, sin atreverse siquiera a pensar en jubilarse. Igor tiene 40 años; es un espíritu agudo en un cuerpo minusválido, a raíz de una parálisis cerebral. Para ganarse la vida, Igor reparte verduras ecológicas y su tiempo libre lo pasa leyendo, rodeado por sus compañeros de ruta, Sócrates, Nietzsche y Spinoza, y aislado del mundo. Por una coincidencia que solo la vida puede explicar, los caminos de Louis e Igor se van a cruzar. Llevado por un capricho, Louis decide llevarse a Igor en el coche fúnebre, para transportar a la difunta y anciana Madeleine a los montes de Las Cevenas. A través de este recorrido salpicado de encuentros, Louis e Igor van a apoyarse mutuamente para conquistar, paso a paso, todo un arte de vida, una libertad sobre la mirada de los demás, entregándonos así una última lección: amar la vida tal como llega y liberarse de uno mismo.