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PELÍCULAS / CRÍTICAS Bélgica / Países Bajos / Polonia

Crítica: Wil

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- Con su película de época de estilo y tono inesperados, una especie de farsa trágica, Tim Mielants ofrece un vistazo crudo e implacable a la historia de Bélgica

Crítica: Wil
Matteo Simoni y Stef Aerts en Wil

Amberes, 1942. Para Wil, la historia no es una serie de fechas, sino una sucesión de acontecimientos y situaciones que solo pueden comprenderse retrospectivamente. Wil es auxiliar de policía en Amberes, y su panorama se complica considerablemente a causa del hecho de que su misión consiste en interponerse entre los ocupantes alemanes y la población belga. La situación es insostenible, y es que Wil y su joven colega Lode son llamados a colaborar en la caza de judíos al tiempo que apoyan en secreto a la resistencia. Un dramático incidente les obliga a tomar dolorosas decisiones que creían haber tomado ya. Tras Patrick [+lee también:
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ficha de la película
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, su ópera prima —un thriller psicológico con una clara tendencia a lo absurdo—, Tim Mielants (conocido por haber dirigido series de éxito como Peaky Blinders y The Responder) prueba suerte ahora con Wil, una película perteneciente al género del cine histórico con un enfoque ligeramente fuera de lo común. La película se estrenará el 27 de septiembre en Bélgica —distribuida por Kinépolis—, y el estreno en los Países Bajos tendrá lugar al día siguiente por cortesía de Paradiso.

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Wil (interpretado por Stef Aerts) es un joven artista, un pintor impetuoso e idealista cuyo destino cambia para siempre a causa de la guerra. Con cierta ingenuidad, subestima el peligro y acaba siempre por precipitarse en las distintas situaciones que experimenta. Su compañero de armas, Lode (interpretado por Matteo Simoni, y más silencioso que nunca), parece apagado por la pesadez de la guerra, y su participación en la resistencia no deja lugar a dudas sobre sus afiliaciones. La asociación de ambos a la organización —a raíz de un accidente— podría haber dado lugar a algún tipo de equilibrio, de no ser por Yvette, la feroz y testaruda hermana de Lode (Annelore Crollet, en su primer gran papel en el cine). La intransigencia e irreductible rectitud de la joven acaban poniendo al trío entre la espada y la pared.

Frente a ellos, Tim Mielants hace desfilar a gran velocidad a una multitud de personajes secundarios que muestran las múltiples caras de Bélgica durante la ocupación alemana, de manera que retrata no solo a combatientes de la resistencia, sino también  —y quizás sobre todo— a colaboradores de la ocupación alemana. Los retratos son a menudo excesivos, como si el horror de la situación hubiera deformado los rasgos de estas personas —más o menos— normales cuyas vidas se ponen patas arriba a causa de la historia en ciernes que les toca vivir, personas que luchan por sus convicciones más profundas, por sus compromisos más feroces. Para encarnar a todas estas figuras, Mielants recurre a una pléyade de actores flamencos bien conocidos por el público belga (Kevin Janssens, Koen De Bouw, Jan Bijvoet, Els Dottermans y Jan Decleir, por citar solo a algunos), que participan en esta farsa con la que el cineasta arroja luz sobre el valor de las redes de resistencia al tiempo que pone de manifiesto una serie de horrores despreciables. Asimismo, muestra las dolorosas decisiones que algunos están dispuestos —o no— a tomar para sobrevivir.

Wil, que constituye una adaptación de un bestseller del autor flamenco Jeroen Olyslaegers, retorna así a uno de los capítulos más desastrosos de la historia de Bélgica. Las acertadas elecciones de Mielants en cuanto a la puesta en escena, que en ocasiones tienden a lo grotesco, no eluden la dimensión macabra de la época en ningún momento. En otras ocasiones, no obstante, introduce el curioso elemento de la risa inquietante, como si quisiera imitar el caos reinante. Opta por una visión de la historia propia de una pesadilla, una donde lo absurdo conduce al horror y nos lleva inevitablemente a un paseo opresivo a lo largo de la delgada línea que sirve de frontera entre el bien y el mal.

Wil ha sido producida por Letter Scripted Media, Menuetto y Minds Meet (Bélgica), en coproducción con Les Films du Fleuve (Bélgica), Topkapi Films (Países Bajos) y K&K Selekt Films (Polonia).

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(Traducción del francés)

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