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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Les neiges du Kilimandjaro

por 

- Conciencia de clase, pobreza, conflicto generacional y el sol de Marsella en esta película comprometida y cercana de Robert Guédiguian, presentada en Cannes y finalista del Premio Lux 2011.

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tráiler
entrevista: Robert Guédiguian
entrevista: Robert Guédiguian
ficha de la película
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en la selección de Un Certain Regard del 64° Festival de Cannes, vuelve a sus orígenes, a su barrio popular del Estaque, a su luminosa Marsella, a la amistad y al compromiso sociopolítico.

La película, inspirada en un poema de Victor Hugo, "Les pauvres gens", difunde una alegre nostalgia alimentada por emociones simples y un idealismo reconsiderado en la dificultad de la confrontación generacional. Robert Guédiguian, al agitar un espejo (al reflejo más complejo de lo que parece) sobre la pérdida hoy en día del espíritu de solidaridad y de conciencia de clase, continúa resistiendo como un indio cercado por un mundo nuevo donde los pobres luchan entre ellos.

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Las primeras imágenes de Les neiges du Kilimandjaro muestran una lotería muy particular. En una empresa del puerto, los sindicalistas sortean veinte nombres, veinte personas que perderán su trabajo, incluido Michel (Jean-Pierre Darroussin), un pilar de la CGT que habría podido salvarse fácilmente, como lo subraya su cuñado, amigo y colega Raoul (Gérard Meylan). Pero Michel el soldador, que cita con facilidad a Jean Jaurès, tiene sus principios: "Algunos días es duro vivir con un héroe" declara con dulzura su mujer Marie-Claire (Ariane Ascaride) al enterarse de la noticia.

Michel, desempleado a los cincuenta años, no tiene razones para quejarse. Es propietario, va a recibir prestaciones por desempleo suficientes, se divierte en la playa con sus nietos en el seno de una familia omnipresente, y está muy enamorado de Marie-Claire que trabaja como empleada domestica. Una felicidad concretada por una fiesta y un regalo colectivo para la pareja: un viaje de una semana en el Kilimanjaro. Pero una noche, esta felicidad estallará en pedazos: dos delincuentes armados, enmascarados y violentos se introducen por la fuerza en casa de Michel y Marie-Claire que estaban jugando a las cartas con Raoul y su mujer Denise (Maryline Canto). El dinero y los billetes del viaje desaparecen.

Este acontecimiento traumatizante será revelador. Michel descubre que uno de los dos jóvenes ladrones (Gregorio Leprince-Ringuet) formaba parte de los 20 despedidos al principio de la historia. Lo entrega a la policía antes de darse cuenta, poco a poco, que sus agresores actuaron por necesidad y que sus ideales de juventud han sido olvidados, por él mismo, por sus allegados y por la juventud actual. Remando a contracorriente, hará todo lo posible junto a Marie-Claire para recobrar la estima de sí mismo y reavivar la llama de la solidaridad.

El encanto mediterráneo, representado maravillosamente por amplios planos abiertos sobre el puerto surcado por grandes buques y la calidad del reparto (que incluye también a Anaïs Demoustier, Adrien Jolivet et Karole Rocher) constituyen los mejores atributos de Les Neiges du Kilimandjaro. La humanidad del director hace el resto, y no importa si el guión toma algunos atajos o si algunos pasajes son forzadamente emotivos. Un estilo en armonía con el temperamento marsellés y el espirito combativo de Guédiguian, resumido en una banderola que aparece en la película: “La lucha tiene mucha clase”.

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(Traducción del francés)

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