19/08/2010

Para Katja von Garnier el cine puede ser una puerta a la esperanza y al espíritu humano, a la magia de la existencia y a los misterios de lo desconocido. «El cine es muy poderoso. Creo que puede tener un gran impacto, un impacto positivo, y a mí me gustaría ser parte de ese impacto positivo», afirma la directora.

Von Garnier vivió la mayor parte del último decenio en Los Ángeles; ahora está de vuelta en Berlín, preparándose para rodar este otoño Hector’s Journey para Egoli Tossell Film. Basada en la exitosa novela de François Lelord, la obra cuenta el largo viaje que emprende un joven psiquiatra en busca del secreto de la felicidad, que explique por qué muchos de sus pacientes se sienten tan desgraciados. La historia cautivó a von Garnier desde el principio.

«Me intrigaba mucho el asunto de la novela y lo que más me gustó fue que es muy oportuna. Hector es una historia que despierta conciencias. No pretende convertirse en la receta para la felicidad pero creo que puede hacer pensar a la gente acerca de lo que les hace felices y les ofrece la posibilidad de que a pesar de la complejidad de la vida es posible llegar a conocernos mejor, lo cual es ya un comienzo».

El poder del espíritu humano es algo que desde siempre ha fascinado a von Garnier, sobre todo en sus personajes femeninos. En su ópera prima, Making Up! (1993), retrató a una soltera que sortea los obstáculos para alcanzar su propia felicidad, mientras que en Bandits (1997) cuenta cómo cuatro presas forman una banda de rock en la cárcel y posteriormente alcanzan la libertad.

De igual modo, en su debut en EE UU, Iron Jawed Angels, la directora repasó la vida de Alice Paul, la feminista estadounidense que lideró la campaña por el voto de las mujeres a principios del siglo XX. «Siempre me ha interesado abrirme un camino en lo que respecta a los personajes femeninos, tocando aquellos que luchan contra un estereotipo o que disponen de un punto de vista que creo que está en consonancia con lo femenino. Me siento indentificada con eso: es lo que me motiva», declara.

Incluso en La marca del lobo (2007) la joven protagonista, llevada por un amor prohibido, lucha contra las estrictas restricciones de una comunidad de hombres lobo muy unida. Esta mística historia de amor anticipó la increíble locura romántica moderna a la que dio pie un año más tarde el enorme éxito de la serie Crepúsculo, que toca muchos de los temas de la película de von Garnier. Aunque la directora ha levantado el pie del acelerador en los últimos años para poder ocuparse también de sus dos retoños, ya está impaciente por volver a dirigir películas y acortar los plazos que separan un trabajo del siguiente. Dar con el proyecto clave sigue siendo un reto, si bien su vuelta a Alemania le ha brindado numerosas oportunidades que podrían llegar a buen puerto. «Me ha llevado tiempo encontrar y escoger el proyecto justo antes de lanzarme a por él y sentirme como en casa en relación a la materia que trata».

Von Garnier ve ahora más sencillo en Alemania desarrollar sus ideas: «tengo en mente varias ideas para películas que me gustaría desarrollar más adelante. He aprendido muchísimo durante mi estancia allí y todavía quiero aprovechar aquello tanto cuanto sacar partido al lugar del que vengo y al espíritu europeo y poder combinarlo todo».

En efecto, la directora está preparando varios proyectos futuros además de Hector’s Journey; por ejemplo, una película que transcurre en Irlanda con connotaciones místicas y otro proyecto para el que reuniría la mayor parte del reparto de Bandits. «No se trataría de una secuela, sino de algo completamente nuevo pero con los mismos actores –declara al respecto–. Hace tiempo que quería hacer algo con ellos porque tenemos una conexión única, muy creativa y divertida. Ya he trabajado en el guión y ¡es apasionante!»