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PELÍCULAS Bélgica

Sojcher vuelve con Hitler in Hollywood

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¿Y si hubiera habido una conspiración para evitar que el cine europeo tuviera la misma influencia de masas que el cine de Hollywood? ¿Y si hubiera habido intereses ocultos para impedir la construcción de un gran estudio de cine en Malta en los años treinta? ¿Y si la diva del cine francés Micheline Presle hubiera participado en una película que ha desaparecido misteriosamente de todos los archivos cinematográficos? ¿Cómo sería en la actualidad la industria cinematográfica europea si todos estos –hipotéticos– acontecimientos se hubiesen producido? ¿Y si la actriz Maria de Medeiros se viera en medio de una conspiración mientras investiga todo esto?

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El director belga Frédéric Sojcher, cuyo documental Cineastes à tout prix formó parte de la selección oficial de Cannes en 2004, se atreve a combinar todos estos elementos argumentativos en una sorprendente cinta que mezcla realidad y ficción. La première mundial de Hitler in Hollywood tuvo lugar el pasado viernes con motivo del Brussels Film Festival, una semana antes de su proyección –en concurso– en el Festival internacional de cine de Karlovy Vary.

Maria de Medeiros –que se interpreta a sí misma, o, por lo menos, presta su nombre a una obstinada y colorida versión de sí misma– es la encargada de realizar un documental sobre la antigua estrella del celuloide Presle, de 87 años de edad. En sus entrevistas Maria descubre que la actriz había participado en una película del director Luis Aramcheck. Presle nunca ha visto la cinta y Medeiros se compromete inmediatamente a dar con ella, sin prever que, sin embargo, la tarea le deparará peligros cada vez mayores a medida que da con los rastros de su paradero en Bruselas, París, Cannes, Berlín, Londres, Venecia y Malta.

Hitler in Hollywood se resiste a una fácil descripción y categorización: la película mezcla deliberadamente los géneros y engaña al espectador con pistas falsas y hechos reales; es, a la vez, una road movie en busca del eslabón perdido del cine europeo, un docuficción, un thriller conspiratorio, un manifiesto en favor de la producción europea y una alarma sobre la supremacía de la industria de Hollywood en el mundo occidental, todo ello servido con una exquisita ironía y declaraciones –reales– de varios exponentes del séptimo arte como Wim Wenders y Emir Kusturica.

Estéticamente, Hitler in Hollywood tiene guiños estilísticos al cómic a través de una libertad visual de la que habitualmente solo hace gala el cine experimental. En varias secuencias, los tres «personajes» principales (Presle, Medeiros y el cámara Thomas, interpretado por el actor flamenco Wim Willaert) destacan por sus colores llamativos y por oposición al resto de personajes o al escenario, que permanecen desenfocados y en blanco y negro.

Toda la película se rodó con una cámara de fotos digital: una elección práctica para Sojcher, pues el transporte de material más pesado hubiera complicado bastante el rodaje en varios países con un equipo compuesto por muy pocas personas. El resultado técnico de esta opción es una puesta en escena fluida y desafiante. Su resistencia a la fotografía tradicional y a la edición está en consonancia con su argumento inconformista. En un tiempo en que los proyectos cinematográficos se ven obligados a seguir cada vez más unas reglas preestablecidas, Hitler in Hollywood se erige como un ejemplo de la libertad creativa.

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(Traducción del inglés)

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