02/10/2013 - 24 horas en la vida de varias madres de unos cuarenta años que habitan en los barrios acomodados de la periferia de París. Un retrato meticuloso de Isabelle Czajka con una brillante Emmanuelle Devos

"Por las mañanas, estoy nerviosa. Pienso en el día que me espera, en todo lo que tengo que hacer". Nos encontramos en un coqueto barrio residencial de las afueras de París, donde cada casa se parece a la del vecino; donde cada madre de familia recorre el mismo circuito cotidiano, que pasa por la escuela, el centro comercial y el parque; donde cada mujer lucha por no acabar engullida por el peso de La vie domestique [+lee también:
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ficha de la película], de la vida doméstica. Con este título, adaptación libre de la novela Arlington Park, de la británica de origen canadiense Rachel Cusk, Isabelle Czajka apunta el cariz de su obra. Pues quien dice "doméstico" sugiere la idea de "domicilio" tanto como la de "servidumbre". La directora, en efecto, no da ninguna concesión en esta película incisiva y a todas luces feminista en la que los personajes masculinos desempeñan un pobre papel, cosa que algunos espectadores juzgarán como caricaturesco (hombres ausentes, pueriles, sobrepasados por las circunstancias o imbéciles, aunque a veces se muestren afectuosos...). El público femenino, no obstante, verá, sin duda, un reflejo de la realidad de una fidelidad casi total.

En el fondo, poco importa: de lo que se trata aquí es de presentar a las mujeres del hogar y su lugar en la sociedad moderna. Cuatro personajes de corte realista protagonizan la cinta: Juliette (Emmanuelle Devos), Betty (Julie Ferrier), Marianne (Natacha Régnier) e Inès (Helena Noguerra). Cuatro madres que gestionan el día a día de sus hijos, los cuidados del hogar (compras, preparación de comidas y lavadoras, etc.) y la organización de la vida social de la familia (cenas, babysitter…) sin dejar de lado cierto espacio personal (encontrar un trabajo, organizar un taller del barrio, tomar café o ir de compras con las amigas...). El conjunto, naturalmente, no arroja felicidad en los personajes a pesar del entorno "idílico", pero la directora tampoco exagera en los "sufrimientos" dentro de estas jaulas de oro mediante la inclusión del contrapunto de adolescentes con problemas que habitan en los barrios más desfavorecidos.

La vie domestique hace uso de pequeños resortes para tocar multitud de temas (la educación de los hijos, la misoginia, el poder del consumo, el conformismo, el rol de la mujer en el mundo laboral...) y da en el blanco a muchos niveles. El resultado, apoyado principalmente en la labor de sus actrices (con Emmanuelle Devos a la cabeza) es tan instructivo como inmisericorde a la hora de presentar esta zona gris que encierra a las mujeres modernas (o en la que, a veces, deciden encerrarse ellas mismas por propia voluntad). La puesta en escena es elegante y el montaje enmaraña con habilidad las cuatro crónicas, convirtiendo al producto final en mucho más que una interesante invitación a la reflexión.

Tras El año siguiente [+lee también:
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ficha de la película] (Leopardo a la mejor ópera prima del festival de Locarno en 2006) y De amor y de agua fresca [+lee también:
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ficha de la película] (nominada en los premios César de 2011 al mejor actor revelación y a la mejor actriz revelación), La vie domestique (producida por Agat Films, distribuida en Francia por Ad Vitam y vendida al resto del mundo por Films Distribution)supone la confirmación de Isabelle Czajka como socióloga cinematográfica (sin caer en tentaciones formalistas o intelectualistas). Su cine bien podría considerarse en un futuro como un fino espejo en el que analizar nuestra sociedad contemporánea.

(Traducción del francés)