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SAN SEBASTIÁN 2014 Fuera de concurso

Murieron por encima de sus posibilidades: rebeldes con causa

por 

- Isaki Lacuesta cambia rotundamente de estilo con una comedia disparatada y desparramada que arremete contra los causantes de la crisis

Murieron por encima de sus posibilidades: rebeldes con causa

Sorpresa, estupor e incertidumbre: tres efectos que produjo la noticia de que el intenso y muy autoral director de Los condenados, El cuaderno de barro y La leyenda del tiempo, Isaki Lacuesta,que triunfó hace tres años en el Festival de San Sebastián con Los pasos dobles [+lee también:
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, iba a rodar una comedia… sobre la crisis. Este último dato, referido a su argumento, podía hacer pensar que dicha charlotada no lo iba a ser tanto, pero nos equivocamos y Murieron por encima de sus posibilidades [+lee también:
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es una locura en toda regla.

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Eso implica verla sin prejuicios, dejarse llevar por sus excesos y disfrutarla como un show de payasos violentos, destroyers y pasados de rosca, pero eso sí, con causa: porque todos ellos son, como nosotros, víctimas de esta crisis que nos aplasta sin piedad. Ya desde el título, que homenajea al western al tiempo que hace un chiste con uno de los argumentos más usados para explicar la debacle económica, se nos indica que esto no va en serio… al menos a primera vista. Porque debajo de tanto desfase hay bastante crítica a un mundo que ha perdido el rumbo.

También los protagonistas de Murieron… echaron de menos el suyo un día y no lo encuentran por ninguna parte: los cinco acaban con sus huesos en la cárcel por sus pecadillos, intentando hacer justicia por las putadas sufridas. Son desde un pijo padre de familia hasta un politoxicómano tatuado. Allí, entre rejas, tendrán una ocurrencia que quizás ponga orden al caos que vivimos: total, ellos ya no tienen nada que perder.

Lacuesta, que adora a sus personajes, va narrando, a base de continuos saltos temporales, cómo cada uno de ellos ha ido a parar a prisión. Le ayudan a lograr el tono de esperpento la máxima entrega de actores como Jordi Vilches, Julián Villagrány, sobre todo, el cantante Albert Pla, responsable de la inspirada banda sonora, donde destaca una versión propia de la sintonía de la serie de dibujos animados japonesa Marco, ilustrando uno de los gags más salvajes de un circo que apuesta por el exceso como arma arrojadiza contra una sociedad que se ha ido a la mierda vilmente.

Filmada durante dos años para poder rodar durante los huecos de las agendas de actores del calibre de Imanol Arias, José Coronado, Eduard Fernández, Carmen Machi o Bárbara Lennie, entre otras muchas primeras figuras del cártel, el film –producido por Versus Entertainment, Alicorn Films, Sentido Films y La Termita Films, del propio Lacuesta y su colega Isa Campo- provoca sonoras carcajadas en su primera mitad, ésa que va mostrando el background de cada rol y destila un aire a película del oeste moderna, pero acaba agotando su fórmula de crítica contra todos –donde no se salva ni el movimiento del 15M- cuando enfila el tercer acto y sus antihéroes llevan a cabo su plan conjunto.

Pero antes nos ha dejado homenajes delirantes a películas como Alguien voló sobre el nido del cuco y Apocalypse Now, entre otras, un recital de humor negrísimo, un retrato salvaje de la España corrupta y un espectáculo que es todo un disparate: una locura pura y dura a cargo de un cineasta tan inclasificable, arriesgado y ahora sorprendente como Isaki Lacuesta.

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