Cómo murió el secretario general de la ONU en un accidente de avión en 1961
- Jon Lindström prepara un thriller político sobre el asesinato del sueco Dag Hammarskjöld y el consecuente encubrimiento de las autoridades africanas
La muerte del secretario general de la ONU sueco Dag Hammarskjöld y su equipo en un accidente de avión el 18 de septiembre cerca de team Ndola (Rhodesia del Norte, ahora Zambia) en África Central, de camino a establecer negociaciones de alto el fuego durante la crisis del Congo, inspirará un nuevo thriller político sueco, que escribe en estos momentos el director sueco Jon Lindström y su mujer escritora, Rita Holst.
Durante 20 años, ambos han estado planeando un biopic tradicional sobre el diplomático, economista y escritor sueco, a quien el presidente estadounidense John F. Kennedy nombró “el más grande hombre de estado de nuestro siglo” y a quien se le otorgó el Premio Nobel a título póstumo. El segundo secretario general de la ONU tenía 47 años cuando se murió.
El libro publicado en 2011 por la autora británica Susan Williams ¿Quién mató a Hammarskjöld?, que provocó que una gran cantidad de nuevos datos y testimonios fotográficos, secretos hasta la fecha, salieran a la luz, revivió el proyecto –que apoya el Instituto de Cine Sueco y la productora sueca Right2Screen–, que ahora también contempla el asesinato, una teoría también propuesta en 2011 por un asistente social sueco, Göran Björkdahl.
Según Williams, la línea de investigación oficial Rodesia fue un masivo encubrimiento que rechazó una gran cantidad de pruebas cruciales, incluyendo testimonios sobre que un pequeño avión abrió fuego sobre el Douglas DC-6 de Hammarskjöld, que no se encontró en la densa jungla hasta 15 horas después del accidente.
“Desde la fecha ha sido confirmado por trabajadores en el terreno, uno de los guardaespaldas gravemente heridos de Hammarskjöld que más tarde murió, y a través de comunicaciones de radio de un avión atacante interceptadas”, contó Lindström a la cabecera sueca DN. Con la crisis del Congo como su punto de martida, retratará la Guerra Fría y un secretario general que –si estuviese vivo hoy– habría defendido a delatores como Edward Snowden o Bradley Manning.
“Enfatizó constantemente la verdad y la rectitud, y sintió que ningún poder en el mundo debería frenar la lucha por la paz y la justicia. Fue esta convicción y su valentía a veces temeraria lo que lo llevó a su muerte”, concluyó Lindström.
(Traducción del inglés)
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.
