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BERLINALE 2024 Forum

Macu Machín • Directora de La hojarasca

“Mi objetivo era mostrar cómo el amor se puede expresar de las maneras más extrañas”

por 

- BERLINALE 2024: La cineasta canaria nos habla de su ópera prima, una historia personal sobre herencias y conflictos familiares enquistados

Macu Machín  • Directora de La hojarasca

En su primer largometraje, La hojarasca [+lee también:
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, la cineasta canaria Macu Machín nos traslada a los huertos de su familia en La Palma. Protagonizada por su madre y sus tías, la película navega entre el documental y la ficción para contar una historia universal sobre mujeres olvidadas y conflictos familiares que hierven como magma bajo la superficie. La cinta se ha presentado en la sección Forum de la 74.ª Berlinale, donde hemos hablado con la directora sobre la producción de la película y su voluntad de mostrar una visión distinta del territorio y su gente.

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Cineuropa: ¿Cuál es la pulsión inicial que te lleva a hacer esta película con tu madre y tus tías?
Macu Machín: Nace de una necesidad personal que yo misma desconocía hasta que me fui a vivir a Buenos Aires. A 10.000 kilómetros de distancia de mi tierra natal, surgían muchas preguntas sobre mis raíces. El vacío de no tener a mi familia cerca me hizo pensar y fabular mucho. De repente, sentía un deseo muy intenso de regresar al campo, al pueblo donde pasaba los veranos de mi infancia. Me parecía que era una excusa maravillosa para juntar de nuevo a mi familia y reírnos un poco de nuestras miserias humanas.

El conflicto que se narra en la película es algo que tu familia había experimentado recientemente. ¿Cómo fue el trabajo con las protagonistas?
En el 2018 me fui con una cámara y una grabadora con la intención de recoger los distintos ciclos de la tierra y recuperar algunas anécdotas. Desde pequeña, recuerdo que había ese problema enquistado sobre la herencia, como un magma que está deseando salir a la superficie en algún momento. Por suerte, eso se “resolvió” antes de que empezáramos a rodar. La película suponía recrearlo, volver a pasar por aquello que fue tan incómodo para ellas.

El guion inicial consistía en transcripciones de lo que yo había ido grabando, pero luego todo surgió de manera natural. Nunca ensayamos previamente con ellas, ni siquiera leyeron el guion. No quería que sintieran el peso de estar cargando con la película. Cada mañana, durante el rodaje, les proponía escenas y luego veíamos qué sucedía. Eran tomas muy largas, en las que buscábamos distintas maneras de que surgiera algo verdadero, de que las emociones, las respuestas, las reacciones, los silencios y las miradas fueran lo que yo reconocía de ellas.

El punto de partida es el reparto de una herencia, pero en realidad son tierras que no tienen ningún valor.
Sí, para mí era un macguffin. Es más una necesidad de identificarte con ese trocito de tierra, con cuatro piedras, con un almendro. Por otra parte, hay rencores antiguos que no entendemos de dónde vienen, por mucho que nos queramos. Tampoco quería desvelar todo como si fuera una sesión de psicoanálisis. Mi objetivo era mostrar cómo el amor se puede expresar de las maneras más extrañas. Mostrar esa fragilidad, esa vulnerabilidad, esa complejidad.

Como metáfora de todo eso que subyace tenemos el volcán. ¿Hasta qué punto fue casualidad o era algo que ya habías incorporado en la historia?
El volcán ya estaba presente en el guion. La naturaleza jugaba un papel muy importante. Era el cuarto protagonista, que de alguna manera iba a expresar todo lo que los personajes no podían decir con palabras. Cuando estábamos preparándonos para rodar después de un parón, tuvo lugar la erupción del volcán de La Palma. Me pilló en casa con mi madre e inmediatamente compramos un billete. Fue una experiencia muy intensa. Te atraviesa porque afecta a tu familia y a muchos vecinos que conoces. Mi mayor preocupación era incorporarlo de una manera orgánica, intimista, en la misma escala de todo lo que estaba sucediendo.

En ese sentido, percibimos una voluntad clara a la hora de retratar las islas de una forma distinta, alejándose de la mirada foránea.
Yo creo que surge de manera natural. En mis trabajos, he estado reflexionando permanentemente sobre estas tensiones entre el territorio y los habitantes de las islas. Tengo la necesidad de descolonizar la mirada que se tiene de nosotros y que hemos replicado. Tenemos un clima maravilloso, pero no vivimos dentro de un decorado. Quiero seguir rodando películas en las huertas de mi familia, capturar esas tensiones y esas memorias del paisaje íntimo y anónimo. Forma parte de una reflexión que llevo explorando con el audiovisual desde hace años.

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