Crítica: Sami, Joe and I
por Muriel Del Don
- El primer largometraje de la directora y actriz suiza Karin Heberlein retrata con valentía y sinceridad la adolescencia, un momento crucial en el que (re)encontrarse a sí mismo
Seleccionada en el Festival de Cine de Zúrich, el Filmfestival Max Ophüls Preis en Saarbrücken y, más recientemente, en el BUFF - Festival Internacional de Cine Infantil y Juvenil de Malmö, Sami, Joe and I [+lee también:
tráiler
ficha de la película], de Karin Heberlein, nos permite espiar respetuosamente a un grupo de adolescentes que deben enfrentarse a las grandes decisiones que las catapultarán a la vida adulta. ¿Qué significa ser adolescente en la actualidad? ¿Con qué peligros se encuentran? ¿Qué los inspira para tener esperanza en un futuro mejor que el que disfrutaron sus padres? En su primer largometraje, Heberlein aborda estas preguntas cruciales a través de los ojos de tres chicas jóvenes que están atrapadas en el ojo de la tormenta.
Sami, Joe y Lyla son un grupo de amigas inseparables que no se detendrán ante nada para defender a su clan. A primera vista, su vida diaria parece estar compuesta por interminables charlas, risas, confidencias y secretos. Los días pasan lentamente, rodeadas de naturaleza, pero encerradas en los altos bloques de apartamentos en los que viven con sus familias. La escuela ha terminado y el verano promete una gran aventura. Desgraciadamente, los problemas se ciernen sobre Sami, Joe y Lyla: Sami debe lidiar con sus padres autoritarios (su padre es un veterano de guerra), Joe tiene que cuidar a sus hermanos y hermanas mientras su madre trabaja sin parar, y la aprensiva Leyla debe enfrentarse a sus primeros días como aprendiz de cocina. Cualquier esperanza de un verano sin preocupaciones parece desvanecerse lentamente, reemplazado por decisiones difíciles que podrían cambiar sus vidas para siempre. No es fácil para ellas lidiar con todo, teniendo en cuenta su cada vez más complicada e inestable realidad, mientras que la amistad que las une resulta ser el único salvavidas que las mantiene a flote. El mundo de los adultos parece querer aplastarlas, imponiéndoles sus reglas y tabúes (a menudo absurdos). Pero nuestras tres heroínas no se dejarán vencer, tratando de preservar su independencia con todas sus fuerzas. ¿Quién ganará? Y, sobre todo, ¿qué precio deben pagar por su libertad, que parece convertirse en un sueño inalcanzable?
Karin Heberlein busca ofrecer una alternativa a las habituales heroínas estereotipadas que dominan las historias en el cine. Con sus problemas y sus sueños, los personajes de Heberlein se parecen más a las "chicas de enfrente", representantes de una normalidad que trasciende las fantasías generadas por las redes sociales y el mundo de las celebridades. Heroínas modernas que se enfrentan a las dificultades de una vida cotidiana que no siempre es fácil, abordando estos problemas con una autenticidad sorprendente. Sami, Joe y Lyla no pertenecen a las élites, y tampoco son las típicas reinas del baile de graduación del instituto. Lo que las hace especiales y auténticas es su frágil relación con el mundo y su lucha para proteger su (elusiva) identidad. El lenguaje cinematográfico vital y poético de Heberlein (que en ocasiones parece una versión suiza de Sofia Coppola) permite al público centrarse únicamente en las chicas, colocándolas en el centro de la historia. A través de la perspectiva de la cineasta, la normalidad se vuelve excepcional, mientras que los problemas cotidianos se convierten en una auténtica batalla por la supervivencia. La música (a cargo de Dominique Dreier y Kilian Spinnel) resulta igualmente interesante, acompañando el verano de nuestras tres heroínas como una sombra discreta pero necesaria, enfatizando la fragilidad poética de esta época.
Sami, Joe and I es una producción de Abrakadabra Films, coproducida por SRF Schweizer radio und Fernsehen. La primera se encarga también de los derechos internacionales.
(Traducción del italiano)