Crítica: Les Baronnes
por Aurore Engelen
- Quince años después de Les Barons, Nabil Ben Yadir vuelve con una cinta codirigida por su madre Mokhtaria Badaoui que se centra en unas heroínas habitualmente ausentes de las pantallas

Han pasado más de quince años desde la inauguración por todo lo alto del Festival Internacional de Cine Francófono de Namur con el primer largometraje de Nabil Ben Yadir, Les Barons [+lee también:
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ficha de la película]. En aquella época, el cineasta bruselense sorprendió a todo el mundo. No estaba en el mapa de festivales, no había ido a una escuela de cine, pero desembarcó en el sector impulsado por unas ganas locas de hacer películas y por un talento y una creatividad que imponían respeto. La película sigue las tribulaciones de un joven de barrio, concretamente de Molenbeek, y de su pandilla de amigos, con un tono tan poético como cómico y, de paso, destruyendo estereotipos.
Tras haber realizado otros tres largometrajes explorando distintos géneros (la película sociológico-histórica con La Marche [+lee también:
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ficha de la película], una nueva película coral que lleva a la gran pantalla a heroínas habitualmente ausentes en el cine: las madres de origen magrebí con quienes nos cruzamos a diario en las calles de Molenbeek. En este sentido, no se trata de una secuela de Les Barons, sino más bien de una variación. La cinta recupera los decorados, o en todo caso el barrio, así como el tono, que oscila entre lo poético y lo cómico, ofreciendo una reflexión social sobre el lugar que ocupan las poblaciones minorizadas. Todo esto convierte a Les Baronnes en una especie de spin-off, una iniciativa que, por cierto, partió de la propia madre del director, que también firma la película.
Coescrita y codirigida con su madre Mokhtaria Badaoui, Les Baronnes es una historia de familia, tanto delante como detrás de la cámara. La de Fatima, una madre en la flor de la vida (es decir, pasados los sesenta), siempre pendiente de su marido y de la gente que la rodea. Mientras espera pacientemente el regreso de su amado, que se ha ido a resolver algunos problemas técnicos en la futura casa que construyen en su país, descubre que en realidad allí lleva una doble vida con su segunda esposa, una mujer más joven. Animada por sus amigas, decide (re)emprender el vuelo y cumplir por fin un sueño que abandonó al casarse: interpretar Hamlet sobre el escenario. Fatima y su compañía teatral se convertirán a su pesar en las cabezas de cartel de una producción que las supera.
Fatima tardará un poco en saborear su nueva libertad. Por su parte, Ben Yadir y Badaoui parecen haberse dado el gusto de dar vida a esta emancipación tardía cuyo motor es el teatro. Se permiten todas las audacias de puesta en escena, coqueteando con lo teatral, lo surrealista y lo absurdo. En todo caso, la película se sitúa desde sus primeros momentos bajo el signo del relato fantástico, dominada tanto por la imaginación de los personajes como de los autores. Sostenida por un reparto que aúna a la veterana y siempre impecable Saadia Bentaïeb y a su irresistible pandilla de Baronnes, compuesta por las debutantes Rachida Bouganhem, Halima Amrani y Rachida Riahi, la película entusiasma por su vivacidad y emociona en algunos momentos poéticos, como ese baile en el que Fatima recupera simbólicamente el poder repudiando a su marido.
Les Baronnes está producida por 10.80 films (Bélgica), en colaboración con Samsa Film (Luxemburgo), A Team Productions (Bélgica), Special Touch Studios (Francia) y Komoko (Bélgica). Cinéart distribuirá la película en los territorios del Benelux. El estreno belga está previsto para el próximo 3 de diciembre.
(Traducción del francés)
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