26/09/2005

Ayer por la noche, el Festival de Cine Francófono de Namur presentó un proyecto al cual aficionaba puesto que A Perfect day fue seleccionado el año pasado en el primer Foro de la Coproducción organizada por el Festival. Coronada este verano en el Festival de Cine de Locarno con el Premio Fipresci, esta coproducción entre Francia(Mille et une productions) y el Líbano (Abbout Productions) permite tomar conciencia de la necesidad del apoyo europeos a las películas del Sur. Sostenida por el Ministerio de Asuntos Exteriores francés, el Fondo Meridional, y el Hubert Bals Fund, el segundo largometraje de ficción de Joana Hadjithomas y de Khalil Joreige es una película de una gran simplicidad, luminosa y púdica.

Presente en la proyección de la película, Khalil Joreige explicó la génesis de su proyecto, inspirado por su tío, “uno de los 17.000 desaparecidos durante la guerra. Una mañana vinieron a buscarlos, y nunca más se los volvió a ver.” A la ausencia de este padre de familia que corroe a los dos personajes de la película, se añade esta voluntad de mostrar “cómo vivir hoy en Beirut?”. Después de una película de ficción (Autour de la maison rose,1999) y dos documentales (Khiam, 2000 - Le film perdu, 2003), los realizadores ruedan aquí el vagabundeo de un hijo y de su madre en el Beirut de hoy, condenados ambos a sobrellevar esta ausencia.

Claudia vaga en su apartamento, incapaz de hacer el luto de un marido desaparecido hace quince años, haciendo recaer sobre su hijo una angustia de ahogada. Vive en un presente fijo, al riesgo de la locura. Malek, intenta escapar de su madre para correr en busca de su amiga a quien no puede ofrecer un futuro. Sufre de apnea del sueño y se duerme en cualquier momento, acarreando un mutismo que lo vuelve a su vez fantasmal. Desubicado, va y viene en una ciudad donde la modernidad se traduce en kilómetros de embotellamientos y vallas publicitarias, shows televisivos, teléfonos portables y fiestas techno. De una manera muy minimalista, cerca del documental, teniendo a distancia a sus personajes, Hadjithomas y Joreige los siguen paso a paso a lo largo de este día, atentos a los menores detalles de un cotidiano que revelan en los gestos los más anodinos y en cada silencio, lo que los atormenta. Suministran finalmente a la pantalla este espacio invisible a simple vista, este grosor del pasado que crea una manera de habitar el mundo, una subjetividad.

La película es vendida internacionalmente por Celluloïd Dreams.

(Traducción del francés)