16/12/2011

Amores imposibles, naturalismo y retratos femeninos parecen haber sido desde sus comienzos la mayor fuente de inspiración para el director belga  Christophe Van Rompaey, quien, tras Moscow, Belgium [+lee también:
crítica
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ficha de la película], presentada en la Semana de la Critica de Cannes en 2008, vuelve a tratar en su segundo largometraje, la producción mayoritaria holandesa titulada Lena [+lee también:
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ficha de la película], el tema de los sentimientos, esta vez desde un punto de vista más dramático. La cinta, que ya había sido presentada en estreno en Toronto, se proyectó ayer a concurso en el Festival de Cine Europeo de Les Arcs. Lena, entre rudeza y ternura, confirma tanto la capacidad de empatía del director por los personajes que atraviesan dificultades como su talento para narrar un universo realista. 

La primera escena da muestras de un estilo sin adornos: una chica gorda con rasgos herméticos mantiene relaciones sexuales de pie, en un cuartito, con un tipo que, una vez terminado el acto, se niega a besarla, le prohíbe que se enamore de él, le pregunta cómo se llama y desaparece. Esta muchacha, que parte en su scooter por las calles de Róterdam y mira con envidia y tristeza los idilios que florecen en las aceras, es (Emma Levie en su primer papel en la pantalla). Ella tiene 17 años, efectúa unas prácticas como puericultora en un pre-escolar y vive con su madre, una polaca esquelética (la Shooting Star 2010 Agata Buzek) que la rodea de un amor sofocante (llamadas telefónicas incesantes, chantaje afectivo) y cruel (“el hipopótamo”, “la hija del diablo”). Pero la vida ininteresante de Lena se ilumina de pronto cuando conoce por casualidad al guapo y amabilísimo Daan (Niels Gomperts) que la convierte en su compañera oficial. La joven se transforma, se vuelve más segura de sí misma y se instala en la bella casa que Dan comparte con su padre (Jeroen Willems), un músico casi mudo ("Dexter Gordon, Eric Dolphi y Charlie Parker son mis mejores amigos, siempre puedo contar con ellos"). Pero el cuento de hadas no durará ya que el amor esconde secretos y sorpresas…

Lena aborda el paso a la edad adulta y tiene un enfoque justo sobre los complejos y deseos de amor y de emancipación típicos del fin de la adolescencia. La falta o el exceso de afecto, unido al tema de los desequilibrios en las relaciones entre padres e hijos, es perfectamente creible gracias a la asombrosa interpretación de la actriz principal. Sin embargo, los golpes de efecto un poco providenciales del guión reducen el impacto de la película. La intensidad de los enfoques, la agilidad de la cámara y un hermoso trabajo sobre las iluminaciones de las secuencias nocturnas muestran la progresión artística de un director muy interesante.

Lena es una producción de la holandesa N279 Entertainment en coproducción con la belga A Private View. La firma alemana Bavaria Films gestiona las ventas internacionales. 

(Traducción del francés)